SE AGRANDA LA BRECHA MORAL CON LOS CIUDADANOS
QUÉ HABRÁ DETRÁS DEL JURAR.. O PROMETER. LA GENTE Y LA POLITICA
Hace ya un tiempo que venimos escuchando y hablando de las mañas y comportamientos que la ciudadanía reprueba cada vez más directa y violentamente, de cierta dirigencia de los partidos políticos y gobiernos. Si enumeramos, el primer lugar para la gente se lo lleva y lejos, el tomar a la política como una carrera burocrática y automerecida, por dirigentes que una y otra vez repiten su instalación en algún sector de poder, siempre asalariados y sobre todo sin someterse al veredicto o la elección de las urnas. La mayoría de ellos no siempre en la cresta de la ola, sino con poca preparación (lo que no significa título sino preocupación por saber y estudiar para superarse) con una notable capacidad para reciclarse de manera permanente en el cargo que corresponda y a los que si se les dejara, se animarían a operar a una persona si el cargo fuera político aún no sabiendo que significa la palabra bisturí ¿no?-
Hoy, muchos nos sorprendimos al participar de las asunciones de cargos (notará porqué ya no se puede hablar de juras) cuando sobre más de una treintena de ellos, registramos sólo cinco (concédame el beneficio de la duda para un par más) que lo hicieran en su fórmula Jurando por Dios y…. mientras que en casi una veintena, sobre todo en los cargos ejecutivos, escuchábamos que sólo se prometía por…. A simple escucha, hacerlo por Dios o sin dios es una cosa y jurar o prometer por… parecen dos cosas muy diferentes también, de alcances muy distintos pero que tienen en realidad, eso sí, claras y personales responsabilidades de conciencia. No obstante una maña nueva y probablemente un detalle de poca importancia, pasó casi desapercibida.-
Para evitar equivocarnos, recurrimos a un diccionario y allí se aclara que “Prometer: es Asegurar, acatar ser fiel a una Constitución, un contrato, etc. Acción y efecto de prometer cumplir las obligaciones de un cargo público. Expresión de la voluntad o no de dar a uno o hacer por él”. El caso más familiar es la promesa a la bandera, cuando los chicos prometen respetarla pero nadie se imagina que van a ofrendar sus pequeñas vidas por ella ¿no? Por el contrario o no, “Jurar: es la Afirmación o negación de una cosa que se hace tomando como testigo a Dios. No es algo optativo de la voluntad individual. Reconocer solemnemente la soberanía de un principio y someterse solemnemente a él o a los principios constitucionales de un país, estatutos de ordenes religiosas, deberes de determinados cargos, etc. Para continuar con el ejemplo, la Jura a la bandera es interpretada internacionalmente en todos los países, como el deber sin cortapisas, de entregar la vida por esa bandera y no sólo respetarla ¿se entiende?
Me pregunto entonces ¿Qué carga moral extra puede tener quien no siendo temeroso de Dios y sus consecuencias, deja su accionar sólo a lo que su conciencia le exija? Teniendo en cuenta que ésta está absoluta y totalmente condicionada por “su cultura, su tradición y su carga familiar” … sólo la suya, ¿Qué peso específico en cada decisión tiene el remitirse sólo a la conciencia personal, tan lábil y ausente de valores como rige nuestra sociedad actual con sus tan débiles controles legales, civiles y penales? En esto ¿no tiene nada que ver la ausencia de ideología o sí? Si la interpretamos como los contenidos mínimos de posturas éticas comunes a quienes se nucléa con el fin (a través de su implementación) de lograr el mayor beneficio para la comunidad y un futuro lo más venturoso posible para todos, daría la impresión que tiene mucho que ver.-
Me parece mucho más apropiado entonces, comenzar a hablar del desfondamiento ideológico de los partidos. Desfondamiento que permite sin remordimiento de Conciencia, saltar de un lado al otro en busca del beneficio propio o común a algunos, lo que otrora se consideraba una inmoralidad y que hoy, luego de haber asimilado con total conciencia lo moral a lo legal, si no está escrito nadie se considera con aptitud de merecer el reproche de ningún otro y mucho menos de una ciudadanía que pasa a ser sólo una entelequia a sus fines. Los dos partidos mayoritarios vienen sufriendo enormemente la ceguera de sus dirigentes al respecto, la partidocracia reina por doquier y el canje de lealtades a ultranza a cambio de esa seguridad laboral cuando se gobierna o cuando se aspira a lograr el poder, los ha puesto al borde de su lenta desaparición a través de la agonía del desinterés público. Ante estas realidades, la ciudadanía espera correcciones en el rumbo y comportamiento que siguen sin darse, esperando una intención de mejorar para tener la aceptación del ciudadano y detrás de ella, la participación de los más capacitados y mejores hombres y mujeres. Y todos persiguiendo de esta forma, el mejoramiento, la perfección del Sistema Democrático que sin ello no se dará jamás. Sin embargo la clase dirigente parece reaccionar al revés, sobre todo en los partidos mayoritarios, los más expuestos, los más visibles y objetos de noticia permanente. ¿Será a propósito? De todos modos, hay que aclarar que quienes no profesan ninguna religión suelen prometer en lugar de jurar el observar las leyes fundamentales de un país y obviamente no tienen en cuenta o cada vez menos a algún dios. Sólo brindan entonces, una halagüeña esperanza de conseguir algo y en este caso, lo que puede esperarse de sus cargos ¿no?
A veces uno no puede dejar de pensar si no es adrede el que haya tanta gente haciendo todo lo posible, para que la ciudadanía descrea de las ideas y partidos tradicionales. para que se aleje de la política… ¿no? Porque en realidad los conceptos de moral, de ética y de legalidad que rigen en unos y en otros, cada vez parecen parecerse menos.-
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