domingo, 6 de diciembre de 2009

NO PUEDE QUEDAR LA DUDA

UN HECHO DE EXTREMA GRAVEDAD Y SIN ANTECEDENTES
La increíble situación generada por Lucianita, la pequeña nieta de la familia Ojeda, del Pte. de la Junta Vecinal de Barrio Lera, desató en la población una verdadera explosión de interrogantes, inquietudes e inseguridades sobre nuestro Hospital y el desempeño de sus profesionales.-
La mera sospecha sobre la posible sugerencia de resignación ante su muerte e inmediata donación de órganos que denunciaran sus familares y la posterior declaración de inexistencia de aparatología suficiente para determinar fehacientemente la muerte cerebral que denunciara la propia dirección del Hospital, bastan para un guión espeluznante de una película de primera categoría.-
La tristeza ocasionada por semejante situación, independientemente del conocimiento que poseemos del dirigente barrial ya se veía soliviantada, por el mismo trato que denunció Ojeda haber recibido de la titular del nosocomio.-
Esa pérdida de humanidad en el trato, ante circunstancias que podrán ser muy normales para un médico pero ofensivos para un familiar ante su dolor, hacen inadmisibles estas actitudes por un profesional. Actitudes que lamentablemente reflejan el interior personal de cualquiera pero que en un médico, deberían estar debidamente trabajadas desde lo más profundo de su psiquis y su profesionalidad.-
El tiempo transcurrido, está demostrando que la pequeña lucha por su vida. Demuestra que merece una oportunidad, que se debe tener paciencia y atención, que es aquí como nunca donde la ciencia y el saber deben estar puestos en un ciento por ciento al servicio de la vida. Lo que menos puede hacerse y nunca se debería haber hecho es suponer tan rápidamente su muerte cerebral. ¿Cuánta gente duda ahora de la suerte de sus deudos al conocer esto?
¿No es un guión de terror suponer que se la habría podido matar para extraer sus órganos si efectivamente no tiene muerte cerebral?
Conozco muchos profesionales que trabajan en el Hospital y conozco de su idoneidad y de su fragilidad humana también, como para no reconocer que en el ejercicio de su ciencia puedan equivocarse en la práctica de su profesión y debe quedar claro que nadie generaliza, ni trata de cargar contra una Institución tan querida como el Hospital a quienes todos debemos mucho. Se trata de dejar claro una situación de una gravedad sin antecedentes en el medio, de tal magnitud que está poniendo en juego la credibilidad de todo un sistema que como el de salud, es fundamental para cualquier pueblo.
Entonces lo primero que hay que hacer dadas todas estas circunstancias, es preservar a Lucianita y ordenar su traslado al lugar de mayor complejidad posible para su tratamiento, evitando que permanezca en el Hospital y desalentar todas las otras especulaciónes que ya se están tejiendo y la gente se está imaginando. No hace falta dialogar con su familia, pero lo que ellos deben conocer es que todos y quien suscribe, estamos atentos y muy preocupados por el buen desenlace de esta situación.-