CUANDO DEBEMOS PONER LA CABEZA EN UN FREEZER.....
¿NOS ESTAMOS DESESPERANDO?
Estamos inmersos al igual que todo el orbe, en una pandemia que por nueva sobre todo, nos resulta seria, preocupante y peligrosa, a punto tal de correr el riesgo si no atendemos a los síntomas con la debida seriedad que se está recomendando al ser afectados, de perder la vida. Mientras tanto, esa vida, traducida en nuestras obligaciones, nuestro quehacer, nuestras necesidades y acciones, necesariamente debe continuar. Con todas las recomendaciones e incluso impedimentos o reaseguros necesarios, pero debe continuar. No puede paralizarnos el miedo.-
Muchos de nuestros vecinos hoy están gozando de merecidas o aún forzadas vacaciones que habían planificado de una u otra manera disfrutar mucho y aún antes, de declararse la no declarada emergencia nacional, que bueno es recordarlo, fue al otro día de las elecciones. Y lo habían hecho pensando en visitar a sus familiares o amigos, hijos, etc en los sectores más afectados por la pandemia en el país, esto es provincia de Buenos Aires sobre todo y Capital federal, Córdoba o Santa Fé por ejemplo.-
Ante esta nueva realidad que nos toca afrontar hubo naturalmente sólo dos opciones, viajar de todos modos o no hacerlo y en ello mucho tuvo que ver, la actitud personal ante la pandemia. Muchos a quienes el miedo llega a paralizar no lo hicieron y ni siquiera se detuvieron a pensar que sus hijos o nietos o amigos y amigos de sus hijos, han venido desde aquellos lugares a visitarlos y sin analizar el riesgo que ello traía. Otros tantos a quienes la racionalidad les indicaba que las medidas de protección son las mismas en todo lugar, el riesgo depende más de uno que de los demás y la suerte, ese insondable misterio del destino que suele decidirlo todo, que a uno lo puede abandonar yendo o quedándose… han decidido viajar.-
Mientras tanto, el país está paralizado. No hay diario que refleje a ninguna ciudad del país que no haya visto disminuir y mucho su actividad comercial, incluso en nuestra propia provincia o la vecina Neuquén. Y me pregunto ¿qué podría hacernos diferentes a todos los demás?
Estos dos razonamientos los traigo a colación de algunas situaciones de nuestra misma realidad, donde estamos preocupados por la inexistencia casi de turistas en la ciudad y una temporada casi fracasada, que nos motiva a solicitar una declaración de emergencia económica al gobierno y las más disparatadas ideas de promoción instantánea que dicen puede revertir según algunas mentes afiebradas, esta realidad.-
Acabo de señalar y recordar que el miedo paraliza, impide reaccionar y sobre todo racionalizar con tranquilidad y objetividad aquellos hechos que promueven nuestras acciones. Aquellos proto-turistas que en honor a la desinformación, falta de claridad en las expresiones, promesas y acciones publicitarias realizadas con anterioridad (prometiendo entre otras una “ciudad segura” que no es tal), no se convencieron de viajar simplemente por “miedo de contagiarse y morir”.-
¿Quién supone lúcidamente que vía cualquier publicidad, van a cambiar de opinión en un par de días? Estamos recibiendo aún con cuenta gotas a quienes no sufren ese pánico que le señalé anteriormente y ¿cómo podríamos suponer que cualquier intención, incluída la risueña de almorzar con Mirtha Legrand, va a influír en un cambio de opinión cuando en el resto del mundo lo que preocupa es haberse informado que nuestro país ha sido el que trató con mayor irresponsabilidad este fenómeno? Si hasta resulta que ahora somos los únicos “en el mundo” que decimos la verdad (dichos provenientes justamente de quien mintió la existencia de contagios o muertes por miedo a que influya en una elección y permitió que vaya a saber cuántos enfermos se confundieran con personas sanas en los salones de votación, habilitándonos a suponer una fuente inconmensurable de contagios) Observe que mirando las estadísticas, un amigo médico me decía que nuestros vecinos tienen un muerto cada seiscientos enfermos detectados y nosotros uno cada cuarenta….. que ellos realizaron la compra del antiviral con la suficiente antelación para que no falte en el invierno europeo y nosotros no sabemos dónde conseguir las que nos faltan para tener esa tranquilidad.-
¿Ud cree que quien nos visita no se informa? ¿Porqué podría suponer que Bariloche es diferente del país? ¿Porqué suponer que no mentimos cuando todos los demás mienten? ¿Porqué creernos? Y aquí está el meollo de lo que nos pasa. No hemos estado otra vez a la altura de las circunstancias. Conociendo que de la pandemia no podríamos escapar, no se hizo nada para difundir antes que nadie que nuestra ciudad podía estar tanto o más preparada para reaccionar, detectar y atender un caso, que la ciudad de origen de nuestros visitantes. No hicimos nada para que esa tranquilidad fuera previa a su llegada y no una reacción desesperada como es hoy.-
Y en emergencia económica se va a encontrar el gobierno mismo en unos días ¿Estará en condiciones de dejar de recaudar? Entrará en emergencia cuando deba atender las necesidades cada vez más grandes de quienes menos tienen, de quienes no van a disponer ni de changas y de los chicos que en pleno invierno, con aumentos de gas, luz y combustibles que vendrán, son quienes más van a sufrir por haber perdido 30 días esenciales en el ataque y concientización responsable de una gripe de nombre de batalla naval, que no impidió para nada un resultado electoral que desnudó la realidad en que está el país.-
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