CUANDO CALLAR ES COBARDÍA Y PELIGRO PARA LOS DEMÁS
CUENTAN QUE LA PARCA... NO SE RESIGNA A PERDER SI TIENE OPORTUNIDAD
Nuestra historia, si tiene semejanza con la realidad es pura casualidad. Usted dirá: ¿Porqué? Porque había una vez un restaurante en una paradisíaca isla, donde sus empleados debían pernoctar en un pueblo cercano y se iban turnando para el servicio. Cada mañana para desarrollar sus tareas, debían embarcarse y ser traslados hasta el lugar. La movida aún azarosa, se realizaba por la necesidad de trabajar que tenían todos y el buen sueldo ofrecido, que sin ser excepcional justificaba tamaño sacrificio personal, familiar y de tiempo.-
Un día, siendo trasladados en una vieja barcaza de la segunda guerra mundial y en medio del trayecto, los cinco o seis hombres acompañados de dos o tres damas (entre ellas una Gerente de la empresa) en medio del trayecto y de un lago de aguas frías como pocos, sucedió lo inesperado. El portón frontal de la barcaza, ése que oficia de rampa para el desembarco de soldados en tantas películas de guerra en el pacífico, se abrió. Catástrofe si las hay, ya que se encontraba al frente del navío en mitad del lago
El agua penetró a borbotones en medio de la desesperación de todos. Algunos entraron en pánico y otros no, entre ellos el propio capitán que raudamente se dirigió al frente y hábilmente lanzó el ancla al agua para enganchar la pesada puerta intentando cerrarla. La Gerente en cuestión, presa del pánico se dirigió a la radio desde donde desesperadamente solicitó auxilio a quien la escuchara, para terminar acurrucada en un rincón de la cabina, paralizada, esperando lo peor.-
Continúa el relato, diciendo que mientras continuaba el espanto de la situación, varios hombres ayudaron al capitán y con mucho esfuerzo lograron cerrar el portón, trabarlo y evitar mayor acumulación de agua que de inmediato y desesperadamente con lo que tenían comenzaron a evacuar. Una de las damas desde su celular se comunicó con la Marina del lugar, quien de inmediato le aseguró que habían partido en su búsqueda pues habían interceptado la llamada de radio y de esta forma tranquilizaron momentáneamente la situación.-
Pasaron varios minutos, una hora, se cruzaron con un navío de turismo de gran porte donde se disfrutaba de los maravillosos paisajes sin conciencia de lo sucedido y la vieja barcaza parcialmente inundada, final y lentamente arribó al puerto más cercano con sus circunstanciales pasajeros entumidos por el frío y el temor que les ocasionó la situación, pero sin novedades de la marina y su barco de rescate.-
Finalmente para alivio de todos, atracaron y sus pies pudieron pisar tierra firme. Cuentan los viejos marineros del lugar detrás de consabidas copas de cerveza sobre todo en noches de luna llena, que todavía vagan los reclamos y papeleos para declarar ante la marina el uso indebido de la radio, la ausencia del barco de rescate que partió y nunca llegó, el silencio cómplice que mantuvieron todos los organismos involucrados, el pánico y miedo sufrido por todos los embarcados y la actitud de la dama Gerente de la Empresa, que pasado el miedo y el terror, compuesta su figura y aparato digestivo..... recriminó a los empleados advirtiendo que... “¡ mañana todo el mundo a horario... o se quedan sin trabajo!”
No hubo forma de corroborar lo sucedido en el pueblo en cuestión, todos se llamaron a silencio y los empleados, públicamente.... no quisieron hablar por temor a perder sus empleos. La parca sabe que la derrotaron por casualidad, pero también que tiene una nueva oportunidad porque... el miedo a las consecuencias de denunciar, en ese paraíso.... pudo más.-
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